Naufragué en mil mares.
Luché contra aguas embravecidas y me alcé victorioso. Espanté al miedo cuando
este intentó amenazarme y por mis manos, mil riquezas pasaron. Era un pirata
temido por todos, envidiado por unos pocos. Pero cuando quise darme cuenta, yo
mismo compadecía mi propia desgracia. Náufrago de tu ausencia, desarmado ante
la arremetida de tu amor perdido. Temeroso de una soledad que me engullía como
una ballena hambrienta. Ahora sé que la mayor riqueza que atesoraron mis manos,
fuiste tú. ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario