jueves, 3 de mayo de 2018

GRACIAS A TI



     Gracias a ti aprendí a volar, a que los sueños pueden darse a plena luz del día y con los ojos abiertos. Que la imaginación también necesita alimentarse y que no tiene límites.
     Gracias a ti descubrí que una princesa puede ser guerrera, que los príncipes no siempre son buenos, y que una sirena, si quiere, es capaz de vivir en el desierto.
      Por ti me enamoré mil veces, saboreé tantos desamores, que algunos quedaron grabados en lo más profundo de mi pecho.
      He sido espía, astronauta, asesina en serie, he estado en tantos lugares, que casi me cansé de andar por ellos mentalmente.
      Batallé en un centenar de guerras, al mismo tiempo que bailaba entre historias románticas de final feliz. Fui a Marte y regrese en tren, para terminar en el país de las mil maravillas pasando por nunca jamás.
     Me agobie siendo insecto, para acabar recitando las Nanas de la cebolla. Conocí a platero y desde entonces viaja conmigo.
     Comprendí que el amor a veces mata cuando todos se oponen a él, y que ser o no ser, es una cuestión a tener en cuenta. Que un pobre loco puede convertirse en un héroe al luchar contra molinos de viento.
     Habité otros cuerpos y viví sus historias, paseé por tantos siglos y mundos diferentes, que en alguna ocasión sentí nostalgia de volver al mundo real.
      Me mojo con la lluvia que a veces mana de tus páginas, lloro la pérdida de aquel que muere entre líneas y busco al culpable sin creer la palabra del narrador, porque hasta él muchas veces miente.
      Tú, el más fiel de los compañeros, el que siempre tiene algo que contar. Mi gran amigo silencioso que cada noche me hace volar lejos, muy lejos, allí donde lo imposible está escrito, donde mi habitación se convierte en un mundo aparte y cualquier cosa puede suceder.
     Porque no hay nada comparable al perfume de tus hojas, ni al tacto de tu cubierta, que parece devolver la caricia a la yema de mis dedos. Porque abrirte es entrar por una puerta que no sabes dónde te va a llevar, pero sin duda la cruzas, porque es difícil que decepciones.
      Gracias por permitirme soñar, viajar, conocer a personajes e historias que me acompañaran el resto de la vida. Eres el cobijo del solitario, el que pone letras al silencio, porque aunque siempre tengas un fin, se que vendrán otros. Gracias por ser el que hace de mis estanterías el mayor de los tesoros.  ©





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